Una noche en “Íntimo” con Julieta Venegas

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La cantautora mexicana volvió a la perla tapatía para brindar un concierto repleto de nostalgia, drama y nueva música

El Teatro Galerías fue testigo del regreso de Julieta a los escenarios jaliscienses, Rosas fue el encargado de abrir el escenario, su fusión de neo trova y folk mantuvo cautivo al público durante el inicio de la velada.

El momento más esperado llegó y con Julieta lista, el público con la emoción por los aires, y un piano clásico, el recital dio inicio con “Ilusión”, este comienzo fue el punto de partida para que los oyentes e la interprete comenzaran a desnudar el alma para disfrutar de esta noche en “Íntimo”, la potencia de las cuerdas vocales de la versátil artista hizo vibrar hasta los cimientos del aforo, con las miles de voces que se dieron cita, para que esto se convirtiera en algo más que espectacular.

La entrega desde el primer segundo del respetable la puso un poco nerviosa, pero demasiado contenta a la tijuanense, quien seguido habló un poco sobre sus inicios en la música, y destacó a “Charly García” como una de sus máximas inspiraciones al interpretar “Ojos de videotape”, que estremeció a todos los escuchas.

“Las dolidas son necesarias, para liberar un poco de tensión, y a pesar de estar bien, transformarnos en ira, enojo y decepción, es necesario”, advertiendo al público lo que se avecinaba; un tributo a José Alfredo Jiménez con “Canta, Canta, Canta”, seguido de una canción nueva llamada “Despechada mexicana”.

En este punto de revelaciones, lo más emotivo de la noche llegó junto con una nueva canción, “Déjenla dormir”, tema que es una carta de amor a la lucha feminista, y Julieta también invitó a las mujeres presentes a “Parar” este 9 de marzo.

Los clásicos no faltaron, canciones como “Debajo de mi lengua“, “Eres para mí”, “Ese camino”, “Andar conmigo” y “Canciones de amor”, fueron coreadas hasta el punto de perder la voz por el público.

Aunque fuera un poco cliché, la cantante se despidió con “Me voy”, en la cual todos los presentes se rindieron ante ella, aplaudiendo y ovacionándola de pie, a manera de agradecimiento por un recital que nos llevó a explorar junto con ella, lo más profundo de nuestras emociones, desde la alegría, la nostalgia, el amor, los ideales, la tristeza, el despecho, el miedo y el dolor.

La gente de Guadalajara quería más, y la cantante respondió a los ánimos de sus fans, al regresar al escenario a cantar “Limón y sal”, canción que llevó a la cúspide la noche, con toda la audiencia de pie, y cantando a todo pulmón Julieta se despidió de Guadalajara, pero el público no estaba dispuesto a que la noche terminara ahí, y al grito incesante de “Presente”, la artista volvió una vez más al escenario para complacer e interpretar una de las canciones más representativas de su carrera, en este momento todo era una fiesta, la gente entregando hasta su último átomo para responder “que merece la pena vivir”.

La ovación fue gigante, enorme, gigantesca, fuera de esta galaxia, pero aún faltaba una canción más, que llegó bastante “Lento”, así que al ritmo del acordeón y del sistema fonético de los presentes, y a manera de agradecimiento por ser “delicados y esperar”, Julieta nos dio todo lo que tenía, y ofreció disculpas, porque olvido cantarla.

Para cerrar con broche de oro, una vez más se rendía un homenaje al maestro José Alfredo Jiménez, y con “Paloma querida”, la velada terminó con las emociones a flor de piel, y con una total satisfacción de poder revivir todas las facetas de Julieta.

Por Manuel Jarcor.

Foto: Tania Godoy.

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