¡Larga vida al Corona Capital GDL!

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La malaria que tiene Guadalajara en su escena musical es legendaria: malas decisiones de promotores, espacios insuficientes, falta de interés del público, y mucha mala suerte. El Corona Capital fue víctima de esto en su primera edición: venta de boletos lenta, quejas de vecinos por el ruido, y lo peor, perder a un headliner a menos de 24 horas. Esa edición y la continuidad del evento fueron salvadas por un show estilo Las Vegas ejecutado a la perfección por The Killers.

Los organizadores supieron que la segunda edición debía ser una declaración de compromiso con la Perla Tapatía. Este año presentaron el cartel más ambicioso haya visto en esta década la ciudad. Tame Impala, The Chemical Brothers, Yeah Yeah Yeahs, Phoenix, Dillon Francis y Chromeo como las cartas a jugar.

La respuesta fue la esperada: boletos agotados y multitudes peregrinando a la periferia de la ciudad mientras entonaban cánticos como si les hubieran prometido encontrar la salvación en la explanada del Estadio Akron.

Boy Pablo está niño

Estampa tapatía / TWITTER / @CCapitalGDL

El evento dio arranque con los acordes de Boy Pablo, el novato estrella del cartel, que en un año ha ganado un séquito global de fans que lo defienden a capa y espada. Su sonido pop folk con influencia de soul, le han ganado comparaciones con Mac DeMarco, algunas positivas, otras viscerales (la mía). El sueco chileno demostró que merece la oportunidad de ser escuchado un poco más y que podría ascender peldaños en futuros carteles.

La tarde avanzó y la tormenta de talento musical fue tan notable como la de polvo. La organización como de acto de buena fe y muestra de cortesía tapatía obsequió pañuelos a los asistentes, así como algunas bolsas de agua.

Más buen pop desfiló por la tarde con la presentación temprana Of Montreal, en la que el genio de Kevin Barnes deleitó con su presencia de astro cabaretero y su show que combina la sensualidad con la psicodelia.

Kimbra rugió y brilló con más fuerza que el infernal sol tapatío de mayo. Sin fanfarrias, demostró que las únicas maniobras circenses, pirotecnia y perfomance que necesita son las que hace su voz en el aire al entonar notas que los mortales solo podemos alabar.

Rhye le dió madurez al evento que estaba por alcanzar su máxima concurrencia con un R&B, que a diferencia del que hace en Estados Unidos, en lugar de tener como motor la pasión y la sensualidad, lo impulsa la melancolía del frío Toronto. El clímax de esa hermosa mezcla fue “Open”.

El Pop y tus padres

Increíble montaje del evento. TWITTER / @CCapital GDL

La división drástica del evento fue a las cinco de la tarde cuando lo más destacado del escenario Levi’s Tent arrancó con Goldroom. En otros lares sonaban Goo Goo Dolls y Christine and The Queens.

Si ustedes fueron por la nota cursi-irónica-morbosa con GGD, está bien, el corazón no sabe razones; sin embargo, se perdieron de la magnífica gala de Christine, quien además de una voz suave en francés. La cantante mostró en el escenario que su expresión corporal es capaz de entonar su propia música a la vez que ella canta sus éxitos “Christine”, “Comme si” y “Saint Claude”.

OMD dio la nota vintage acertada del evento (“Y Jesús dijo: ‘antes de que terminés este artículo, habrás insultado gratuitamente a los Goo Goo Dolls tres veces’”). Los pioneros del new wave ochentero se reencontraron con sus fanáticos casi 40 años después, así como con juventudes de geeks estudiosos del pop retro (les juro que este es un cumplido). Lo que empezó con la alegría de los acordes de Enola Gay dio paso a momentos de nostalgia más profundos y humanos. Al ritmo de Maid of Orleans el público mayor -de la edad de tus padres- se conmovió hasta las lágrimas con el épico valtz pop, así como tu lo hubieras hecho como Liability de Lorde, Lay me down de Sam Smith, o Yes, i’m changing de Tame Impala.

Phoenix siempre se cruza con algo

The Chemical Broters. FACEBOOK / @CoronaCapitalGDL

Guadalajara se deleitó con la visita de la primera heroína de los millenials, Karen O, y el grupo de culto, Yeah Yeah Yeahs. La cantante respondió a la pregunta: “¿cuál sería el soundtrack de una puesta de sol?” con la entonación de Zero. Como dice la canción,la noche comenzó mientras te ceñías una chaqueta de cuero y te preparas para bailar.

Phoenix continuó con la tarde convertida en velada. Se mostraron cercanos ante un público que les es tan familiar, como lo es el mexicano. Algo a destacar, es lo mal parados que terminan siempre los franceses en los horarios del Corona Capital. Lo usual es que por alguna razón quede la mitad de su show al mismo tiempo que el artista principal del evento y los pobres terminan medio abandonados. #JusticiaParaPhoenix #SiNoHayJusticiaParaPhoenixQueTalUnaGiraDe80ConciertosEnSolitarioPorMéxico.

The Chemical Brothers se llevaron la noche como la mejor presentación, no solo fue una revisión de clásicos del EMD y trip-hop, sino mostraron una maestría en la tornamesa que muchos djs monguitos de un solo verano nunca podrán tener. A eso hay que sumarle los épicos audiovisuales del show que combinan elegancia  y complejidad que los vuelven per se una obra de arte adicional.

A Tame Impala podríamos darle el premio al tercer mejor acto del Corona (por escribir esto acabo de recibir una carta de la presidenta de la Asociación Mundial de Chicas que dicen “Estoy loca”  en la que se lee: “Monst, este año ninguna de nosotras va a salir contigo, suerte siendo un cretino”). Kevin Parker y todas sus buenas intenciones cerraron el festival en el que 50 mil personas corearon con melancolía Yes, i’m changing, con arrogancia Elephant (la canción que uno debe escuchar mientras elige un outfit), con gallardía  Let it happen, y con coraje Apocalypse Dreams. Sin duda alguna, Parker es uno de los mejores letristas de nuestra generación.

El evento tiene garantizado gracias a este éxito una reedición por algunos años. Para volver alcanzar el hito logrado el sábado pasado, deberán combinarse el interés del público, el apoyo de autoridades, la voluntad de los artistas, decisiones inteligentes de los promotores, y la ausencia de Goo Goo Dolls.

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