Una de las más grandes verdades de la música es que esta puede ser usada para transportarnos a
diferentes épocas, ya sea pensando en el día que fue lanzada, el día que escuchamos esa canción
por primera vez, hasta adjudicarla a una situación en especial. Una verdad absoluta en la que
todos estaremos de acuerdo y prueba de ello es este salto temporal de diferentes tipos de música
que pudimos presenciar en la pasada edición del Vive Latino en la Ciudad de México.
¿Por qué hablamos de este salto temporal que la música te hace sentir?, por que justo eso fue lo
ocurrido en estos 2 días en este magno evento musical llevado por primera vez en la curva 4 del ya
tan concurrido Autódromo Hermanos Rodríguez.
Un festival que siempre le ha apostado a la diversidad, a la inclusión y al apoyo de nuevos
proyectos, en fin, un numero incalculable de cosas positivas que siempre trae consigo y que
claramente se hicieron presentes en todo momento.
Dentro de esta edición 24 del Festival resaltamos esta celebración a lo nuevo con lo viejo, lo que
tiene que culminar con lo que apenas está recién empezando, el regreso de lo que pensamos que
jamás volveríamos a ver y ¿por qué no? La mezcla de lo que pensaríamos seria imposible verla
ejecutada y de la cual nos quedamos sorprendidos de lo bien que quedó.
Traduciendo estas afirmaciones a hechos hablaremos de algunas cosas sucedidas en el evento:
Empecemos por la despedida del Columpio Asesino de los escenarios, Jorge Drexler interpretando
el último show de su gira “Tinta y Tiempo”, El regreso de Semisonic a la ciudad después de 25 años
de su última presentación a la cual prometieron regresar lo más pronto posible, el esperado show
de Belanova después de 6 años de ausencia, la presentación de Fito Páez en la cual no pudimos
escuchar uno de sus grandes hits: Mariposa Tecknicolor por “extraños fluidos protocolares y
estrictas burocracias”, La combinación de El Dr Shenka Con el grupo regional La Adictiva para
interpretar juntos La Carencia, Sabino teniendo invitados en su show como Shenka para cantar La
Dosis Perfecta, a Dante Spinetta para cantar Coolo y la que tomó por sorpresa a todos la reunión
de Fermin IV y Pato Machete para cantar Si Señor, Los Maná poniendo a todo mundo a cantar y
bailar dejando en claro por qué son un referente del rock mexicano, La euforia de James al dejarlo
todo en el escenario y hasta un mini tributo a los Café Tacvba por parte de Gogol Bordello al
interpretar el coro de Chilanga Banda.
El Vive Latino nos llevó por una gran cantidad de sensaciones y experiencias, haciendo un
recorrido musical con propuestas de ayer y hoy, canciones con las que crecimos y seguimos
viviendo, escuchando nuevas propuestas que pintan para dejar huella en la industria y a esto
sumado diferentes generaciones conviviendo para disfrutar a lo grande.
Es por ello que hablamos de este salto temporal que experimentamos en el festival, era recorrer
tantas épocas, recordar tantas situaciones y escenarios de nuestra vida, regresar en el tiempo de
un momento a otro al escuchar a ese artista o esa canción, ver padres con sus hijos compartiendo
lo que ellos escuchaban a su edad, hijos llevando a sus padres a conocer las nuevas propuestas
musicales, encuentros de amigos para ir a escuchar ese artista que los unió, parejas creando
recuerdos con las canciones que se dedicaron.
Este pasado 16 y 17 de marzo fue algo sin igual, solo queda asimilar todo este cumulo de
emociones vividas, ser pacientes y esperar al siguiente año para ver con que cartelera nos van a
deleitar, una espera que podría sentirse eterna, pero sabes de antemano que valdrá la pena.
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