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Para los colaboradores de la Revista Instinto el llamado de la música es muy, muy fuerte, y a pesar de que la oferta musical tapatía es abundante, representa un reto, pero más una aventura, salir a cubrir un festival de rock fuera de la ciudad.

Este fue el turno del Festival Tecate Bajío, compuesto por artistas que recién tuvieron presentaciones en las Fiestas de Octubre y otros foros de Guadalajara, sin embargo parecía un excelente pretexto para emprender una experiencia conciertera más.

La tarde 5 de Noviembre Tecate Bajío 2022 reunió en las instalaciones del Autódromo de León Guanajuato a un line up muy equilibrado, con lo mejor de la escena del rock nacional: Fobia, Zoé, Plastilina Mosh y Panteón Rococo entre varios más, la presencia Sudamericana con Aterciopelados y Pericos, que vienieron a cerrar una extensa gira y las atracciones escandinavas de The Rasmus, que se veían contentos de pisar escenarios mexicanos después de varios años de ausencia y cereza del pastel con The Cárdigans provenientes de Suecia.

Desde temprano, el Autódromo de León ( Que está entre León y Silao) comenzó a llenarse de gente de Celaya, Irapuato, Pénjamo, Guanajuato, Aguascalientes, Querétaro y demás ciudades del bajío cuyos espectáculos musicales habituales es música agropecuaria en los shows de las peleas de gallos; ahí está la importancia y el exito de una oferta rockera de esta índole.

Para cuándo Los Estrambóticos estaban en el entarimado, ya se veía a una abundante multitud bailando ska. Los trayectos dentro del sitio no eran demasiado largos ni fue molesto desplazarse del Escenario Bajío al Escenario Tecate y viceversa. Como en los festivales de la cervecería: Coordenada, Comuna, Supremo, Catrina, República, Sonoro, Emblema, Pal Norte, Península y los que se me pasen, se esmeran con la decoración del venue y activaciones que son comunes y similares, destacando la puntualidad del evento organizando por OCESA e Idevymark, ya que no se recorrieron ni recortaron presentaciones y pudimos ver shows de al rededor de una hora para cada uno de los artistas.

No me tocó ver las luchas, pero mientras buscaba al staff de la revista Instinto había una morra contando chistes pelados en el escenario más pequeño, Casa Comedy, era Isabel Fernández que hacia cagarse de risa a un buen de gente .

Cuando cayó la noche se sentía el frío del bajío pero la multitud, los brincos, el baile, la música y las tecatonas (allá saben diferente) mantuvieron todo el tiempo la calidez de la audiencia que no se dio respiro para atiborrar el escenario donde se presentó Zoé y se congregaron las 20,000 almas que había en el autódromo; o quienes no abandonaron su lugar para ver a The Rasmus de cerquita y se aventaron uno de los shows más ponchados de la noche; la sofisticación y elegancia con los clásicos de los Cárdigans, bailando slam con el Panteón Rococo y la gente coreando las rolas de Los Pericos mientras se movían al Escenario Bajío para ver a la Plastilina. Vaya que tuvo sus momentos buenos.

Gracias al formato festivalero dónde hay que dejarlo todo para encender a tope la audiencia en el menor tiempo posible, las prestaciones estaban llenas de hits y grandes éxitos; y para cuando Plastilina Mosh salió a cerrar el festival, era el momento de dejar lo que quedaba de nuestras energías sobre el asfalto del autódromo de León y rockear cómo si la vida no valiera nada

Por: Hector Viramontes
Zonico.

Fotos Lulú Urdapilleta


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